Las larvas astrales son seres del bajo astral creados por emociones negativas generalmente a raíz de un choque emocional y casi siempre lo desencadena un acontecimiento infortunado, a veces inesperado, generalmente esto marca en la persona un resentir que desencadena muchas reacciones: negación (no puedo creerlo), ira (cómo me fue a suceder), culpa (si lo hubiera sabido, si estuviera allí), tristeza (no puedo más), depresión (no quiero vivir, traducido a no quiero estar aquí). Este resentir puede cambiar drasticamente nuestra forma de pensar creando diversos traumas psíquicos o psicológicos, como una forma de asimilar, comprender y gestionar esta emoción o incluso desarrollar síntomas de enfermedad como una manifestación física que da el elemental de nuestro cuerpo, una respuesta a la información energética que le estamos enviando. Es importante para comprender bien este efecto recordar el principio de Causa y Efecto : también conocido como Karma, este principio nos indica que cada acción tiene su reacción igual y contraria, por tanto no hay causa sin efecto ni efecto sin causa. Aunque no siempre es inmediata la reacción a la acción que la genera. Este sentimiento es propiciado por la energía que se transforma en químicos, como por ejemplo la adrenalina que se descarga al sistema nervioso y a la corteza cerebral desencadenando lo clásico «huir o pelear». La persona no sabe qué hacer, puede desmayarse (mecanismo de fuga), sufrir un ataque de angustia (semejante a un infarto al miocardio) y si el choque es muy fuerte quedarse «fría» en los primeros momentos para derrumbarse después.. esto es lo más peligroso, depende de lo que haya pasado, porque los que están externamente tranquilos pueden llegar al suicidio por emociones reprimidas. Esta retroalimentación de energía negativa literalmente crea seres del plano astral inferior a los que llamamos larvas astrales lo que provoca que se revierta hacia sí mismo genera las fases juveniles de los animales astrales con desarrollo indirecto (con metamorfosis) y que tienen una anatomía, fisiología y ecología diferente del adulto. Aquí podemos apreciar en todo su esplendor el principio de generación: toda acción es fundamentalmente un acto creativo, significa participar en el Universo aunque sea con una pequeña gota de agua en este extenso mar. Participar significa crear y por tanto generar, de esta manera todos somos co-creadores con Dios, de otra manera seríamos sujetos pasivos en el concierto del Universo. Obviamente la capacidad que uno tiene de generar con mayor o menor frecuencia vibratoria depende de su fortalecimiento interior y de su nivel de conciencia evolutiva, por tanto, este principio de generación es la marca, el inicio de un acto del poder creador de Dios en nosotros. Así creamos estos seres astrales nacidos de nuestra energía emocional, en estado larvario. Las larvas difieren siempre muy significativamente de los adultos, en aspectos como tamaño, forma externa, e incluso anatomía interna y fisiología (desarrollo de sus funciones). Las diferencias guardan relación con las diferencias ecológicas, tanto en cuanto a hábitat como en cuanto a los recursos. Aquí recordemos el principio de Correspondencia: este principio nos dice que: como es arriba es abajo y como es abajo es arriba. Esto quiere decir que cada materia, jerarquía, trabajo, formas, formaciones y todo lo que hay en este plano de existencia tiene su par en el plano espiritual y uno afecta al otro simultáneamente, o sea que cada acto que se realice en uno de dichos planos tiene su repercusión en el otro. Así mismo, todo está relacionado con todo, nada existe aisladamente. Podemos entonces hacer una analogía de las larvas astrales con las larvas de los seres materiales donde es habitual que las larvas ocupen un nicho ecológico y residan en un hábitat diferente al de los adultos. Por ejemplo, las libélulas, los mosquitos o las ranas pasan su vida adulta en el medio aéreo, pero sus larvas son acuáticas. En estos casos es normal que las larvas presenten branquias y los adultos sistemas aéreos de intercambio de gases, como los pulmones en los anfibios o el sistema traqueal en los insectos. La cresa de la moscarda se alimenta de cadáveres, mientras que el adulto busca flores de las que toma el néctar; esto es lo que justifica que plantas como el aro hediondo gigante, sea capaz de conseguir sus servicios como polinizador. En la hormiga león (un neuróptero, a pesar de su nombre) la larva es depredadora, mientras el adulto busca alimentos vegetales. Muchos invertebrados marinos bentónicos producen larvas planctónicas que son arrastradas por las corrientes y así pueden colonizar substratos nuevos. Estos ejemplos del comportamiento animal nos permiten comprender mejor lo que apreciamos a niveles energéticos en las larvas astrales donde los adultos pueden ser muy distintos y mientras los seres energéticos del plano astral en estado larval se alimentan de las bajas vibraciones los adultos son energías de la naturaleza cuyo habitual interés no suelen ser las energías humanas sino las energías de la naturaleza. Las Larvas o gusanos astrales, son seres de bajo nivel, como insectos, que andan en cantidades, ellas se adhieren al aura, y se alimentan de energía. Debilitando y aumentando los vicios y las malas costumbres. Algunos creen que estas larvas llegan cuando eres una persona muy viciosa en cualquier contexto, de esta manera las larvas se alimentan de la frustración, la obsesión, las actitudes compulsivas, la ansiedad, los vicios, el miedo, la ira, etc..
Aquí algunos de los factores que las atraen y/o las crean:
1. La muerte de un ser cercano o familiar: los choques emocionales bajan las defensas astrales.
2. Aborto: puede ser también causado por el aura del bebe al debilitarse.
3. Drogas y Cirugía: no viene al caso fumarse un cigarrillo.. solamente quedar inconsciente o con la conciencia alterada.
4. Desgastes de energía: al practicar mucho alguna magia, o habilidad, nos desgastamos de nuestra energía y ellos pueden entrar al tener nuestras defensas bajas.
5. Cuando estamos cerca de personas muy negativas, o viciosas (como si te pegaran los piojos), pero debes estar débil primero.
6. Pueden ser atraídas por los pensamientos negativos o de baja vibración (también por emociones, palabras o acciones negativas), que nos rodean pueden hacernos sentir especialmente mal en momentos en los cuales no estamos vibrando a una alta frecuencia.
7. Estar en un ambiente o entorno negativo de personas que no nos desean bien, o que envidian algo que tenemos o, incluso, algo que somos, puede terminar afectándonos si lo permitimos. Así mismo con lugares o espacios donde hay desorden y suciedad (es donde mejor se alojan ellas).
Tener en cuenta que cuando estamos vibrando a una alta frecuencia (siendo optimistas, vibrando en positivo, queriéndonos, estando felices con hacer el bien, etc..), las vibraciones inferiores NO pueden afectarnos. Cuando hay Luz NO hay Oscuridad. Pero desde el momento en el que nosotros no vibremos de esta manera, todas estas energías inferiores pueden hacernos daño, sobre todo daño psíquico, ya que las enfermedades no son más que reflejos en el cuerpo físico del plano espiritual, mental y emocional. Esas energías al vibrar y atacar desde esos planos (sobre todo emocional), tardan en afectar al cuerpo físico una vez estemos nosotros de bajón, pero con el tiempo sentiremos que nos falta energía, las cosas parece que no nos salen bien, pensamos negativamente, e incluso con el tiempo notaremos dolores de cabeza, físicos, etc..
¿Cómo saber si tenemos o albergamos uno?
Patología de un gusano astral:
1. Cuando ellos manipulan nuestra mente para que tengamos cierto tipo de «antojos» o tentaciones, que suelen ser los que ellos prefieren, beber, sexo, azúcar, comida en exceso, cigarrillos, drogas, adicciones en general.
2. Pueden llegar a ocasionar traumas más serios como depresiones, trastornos de personalidad. Para eso se necesita mucho tiempo, y que sean personas de carácter más bien débil o sumiso.
3. También pueden ocasionar trastornos energéticos, llegando a la enfermedad, incluso tumores, ya que son cuerpos energéticos extraños a nosotros, como pequeños bloqueos.
4. Nos sentimos drenados, apáticos, aburridos, como que algo o alguien nos “roba” nuestra energía, que dicho sea de paso está relacionado con el vampirismo psíquico.
¿Como eliminar las larvas astrales?
Recordemos aquí el principio de Vibración: Desde el momento en que se pone en marcha la voluntad, es decir, un acto unitario que se genera en la mente o sea un pensamiento, ese primer acto está ya sometido a la ley de vibración, esto quiere decir que en función de la cualidad de ese primer acto original o pensamiento será la cualidad de lo que de ello derive. Para explicar cómo actúa este principio en la materia pondremos un ejemplo: cuando la hélice de un avión esta estática, podemos darnos cuenta a simple vista de la solidez del metal por el que está formada, pero cuando está en movimiento, o sea girando, podemos ver a través de ella. Esto se debe a que la vibración de sus moléculas aumenta con el movimiento, separándose momentáneamente entre ellas, cuanto más rápido es el movimiento más distancia se separan dichas moléculas entre sí, y vuelven a su sitio original cuando el movimiento cesa. Por este principio podemos comprender que, todo vibra y todo se mueve, aunque algo parezca estar estático, sus moléculas están en continuo movimiento, siendo este movimiento tan lento que el ojo humano no puede percibirlo y produciendo estas vibraciones sonidos que el oído humano no puede oír, para los conocedores de la música diremos que una piedra vibra a 2/8 (dos octavas). Así como el latido de nuestro corazón, todo el Universo también late. A este movimiento universal se le llama “latido o respiración cósmica”, vibrando cada energía en su frecuencia. Estos principios naturales se combinan entre si creándose las diferentes manifestaciones físicas existentes como por ejemplo el ciclo de renovación del agua, éstas combinaciones dan origen a las leyes de la física. Vivimos en un Universo ordenado que se rige por leyes que regulan los principios descritos anteriormente. Es así que podemos utilizar estos principios a nuestro favor, manipulando ciertos elementos según sus propiedades para los mas diversos fines, en este caso quitar larvas astrales y liberarnos de su influencia. De esta manera es que por ejemplo utilizaremos: baños de descarga con yerbas y otros elementos, como también incienso, mirra, bejui, etc. Aunque para los no iniciados recomendamos lo siguiente:
Puede ponerse azufre en polvo en el zapato, aplicarse directamente la barra de azufre por todo el cuerpo, o poner una barra de azufre en la almohada. También se puede quemar como si fuera incienso por la habitación, evitando de no oler el humo. Para más fuerza, empaparlo en alcohol, así se quemaran las larvas. No tocar una vez hecho el procedimiento.
También es buena la utilización de incienso y limpiarse periódicamente con el humo del incienso, preferentemente de sándalo o romero por todo el cuerpo. Si tenemos a nuestra disposición un huevo también podemos limpiarnos de la siguiente forma: Pasarse el huevo por todo el cuerpo y después romperlo y tirarlo fuera de la casa.
El alumbre a resultado muy efectivo de la siguiente forma: Remojar el alumbre con agua bendita, pasarlo por todo el cuerpo. Una vez hecho eso, quemar el alumbre y luego tirarlo. No tocar.
Para los que lo prefieran una piedra de cuarzo suele ser muy útil; se necesita un pocillo o vaso de vidrio, 1 cuarzo o sino piedra de mar, un puñado de sal marina (la sal hace que las seque), y agua mineral. Primero colocar el agua en el vaso y disolver la sal. Luego se coloca la piedra de mar o el cuarzo. Enseguida colocar esto debajo de nuestra cama y dejarlo por 7 días. Aparte darse un baño de sal gruesa. Una vez pasado el tiempo, y si efectivamente tenías larvas pasara lo siguiente: la piedra va tener cristalizada la sal a su alrededor cubriéndola completamente. Si no sucede esto es porque no había larvas. Es importante no tocar la piedra pues está llena de energías negativas. Cógelo con un paño o bolsa y tirarla en algún río o a la basura. También tener cuidado con el agua. También con sonido podemos disolver y extraer las energías negativas, bien sea con cuencos tibetanos, tambores o cantos sagrados: ícaros, canto armónico, etc.